lunes, 27 de abril de 2009

Masacre



Justo cuando las aguas sofocaban las llamas de miles de corazones egipcios y los antiguos esclavos del faraón —esas sombras melosas— reptaban tras Moisés—, el Mar Rojo —partido en dos por la matanza— se convirtió en un mar de lágrimas. JLV

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Alguien tenía que contar la otra versión de la historia...

Saludos

JLV dijo...

Hola D:
Nomás de oídas.
Gracias por leer. Saludos.