lunes, 3 de noviembre de 2008

Tris tras



El diminuto prestidigitador extrajo de su chistera una morsa albina que lanzaba icebergs por los ojos; luego apareció una mantis religiosa más grande que la fe.

El público festejaba los trucos del mago, hasta que una inmensa garra destruyó en un tris tras aquel singular circo de pulgas. JLV

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y el circo pasó a ser la vida...

Saludos

JLV dijo...

Buen D:
Sí, ciertamente. Que quede constancia...

Saludos muchos, Dragón.