viernes, 18 de enero de 2008

A la muerte de mi tío


A la memoria de mi tío Gregorio



I
Mi abuelo revisa tus pulmones lava tu costillar
y fiel a su promesa retorna cada vez
que la sangre se viste de hojarasca

La madre de mi padre se parte en dos
cuando sus hijos acuden hacia ella
y deletrea amargura entre la lluvia

Mi sangre viene a morir de nuevo
en la gota de oxígeno que resbala del muro
planta de sombra que germina en los huesos

II
Entre ambos mundos aletea el corazón
podrás seguir aquí y nosotros sin verte
o nos verás espejos quebrarnos cada día

Duermes en la oración del suelo y el agua
que besó tu desnudez humedece tus palmas

ni tiempo ni silencio el llanto borran

A todos los rencores las calles lanzan viento
mis tíos rejuvenecen los autos encorvados
y un dolor mal escrito avanza por la calle

Gris nos chilla la tarde solferina la mano
que cincela estas flores blanco tanque de oxígeno
recargado en la puerta azul la despedida

III
No hay súplica ni forma de tachar
la distancia que amarga se desdobla
nos pesa el corazón de tanto imaginarte

Inclinado en tu frente mi primo se parte como pan
quién es el niño y quién el que ha partido
nunca podrá el olvido quemar en él su hoguera

Interminable duermes en el minuto amargo
del abrazo a tus hijos al norte y sur
se esparce el fémur de todas las infancias

Crece la soledad del pelo hasta las uñas
la tristeza se mece en las esquinas
descansa en pez en luz en el recuerdo. JLV

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