Sarnasius cazador de dragones

Sarnasius bebía las madrugadas
hasta quedar saciado de negrura
atrás la sombra con su espalda rota
y ubres careadas en la punta del pie

Nada iguala el canto del dopaje
se decía frente al espejo
enormes dardos los recuerdos
árbol de huesos en el corazón

Era de tanto hervor un perro viejo
un ladrido de sal amoratado
en la aguja domadora de encías
araban los gusanos la memoria

Despertaba en las uñas a las once
del día las voces de la calle
hinchadas tardes bajo párpados
acurrucado sueño en las pantuflas

Y el agua sin pulso y sin aliento
su espalda masajea con pereza
el jabón de la ausencia saca espuma
burbujas melancólicas de hastío

La mucama grita tras el bikini
es hora de salir a cazar calles
coloque la armadura en la entrepierna
los dragones escupen fuego siempre

No olvide degustar su licuado
de baba de nopal con recuerdos
evita la gastritis dice el facultativo
sobre todo con rodajas de olvido

Sarnasius tunde al primer dragón
ruedan astros y nubes por los aires
las postes caen como frutos maduros
y el sol cuelga en Youtube la gran hazaña. JLV