lunes, 13 de agosto de 2007

El ciego y el rapaz


Durante algún tiempo, el lazarillo de Tormes succionó con deleite el vino que brotaba del pequeño agujero que había practicado en el jarrón del ciego. Hasta que un buen día fue descubierto y sin que el tramposo lo notara, Jorge Luis, que así se llamaba el invidente, llenó el recipiente con bilis de Tlön para escarmentar al abusivo rapazuelo. JLV

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