—Que le vaya bien, señor —dijo la anciana—. El hidalgo la vio como si nada y siguió su camino, sin inmutarse.
—Por qué le hablas, madre —preguntó la hija—. Nunca responde ni saluda. Es petulante como todos los aristócratas.
—Las apariencias engañan, querida —respondió la vieja—. No hables así del señor Alzheimer. Recuerda que los caballeros no tienen memoria. JLV
—Por qué le hablas, madre —preguntó la hija—. Nunca responde ni saluda. Es petulante como todos los aristócratas.
—Las apariencias engañan, querida —respondió la vieja—. No hables así del señor Alzheimer. Recuerda que los caballeros no tienen memoria. JLV
3 comentarios:
Voy a utilizar esa explicación para cuando la gente de mi cuidad se queje de que no la saludo.
Saludos
Hila D:
Excelente decisión, así nadie pensará que eres maleducado.
Saludos.
Ya lo piensas pero me tiene sin cuidado, porque los errados son ellos, y la educación, la buena educación, es relativa en todo el género humano.
Saludos
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