La noche era pacífica. La luna estaba en su sitio. Los parques rezumaban serenidad. Era hermoso disfrutar nuevamente de todo eso. Recordó mañanas luminosas, tardes nostálgicas y paseos nocturnos inolvidables.
No podía suspirar, ni bendecir. Sólo estar: así flotó sin prisas y una sonrisa atisbó mientras se desvanecía. Antes de volverse aire murmuró algo al oído del viento y éste, presuroso, dispersó la confidencia por toda la ciudad:
Los fantasmas también sienten nostalgia. JLV
No podía suspirar, ni bendecir. Sólo estar: así flotó sin prisas y una sonrisa atisbó mientras se desvanecía. Antes de volverse aire murmuró algo al oído del viento y éste, presuroso, dispersó la confidencia por toda la ciudad:
Los fantasmas también sienten nostalgia. JLV
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