lunes, 10 de diciembre de 2007

Geriátricas


Aterrada porque su hija la internaría en una villa para ancianos, la abuela escapó de casa para ocultarse dentro de un lobo. El cazador que la rescató, vigilante del asilo geriátrico en sus ratos libres, modificó detalles de la historia.

Algunos años después contrajo nupcias con Caperucita Roja, administró sabiamente la herencia que dejó la abuela y fueron muy felices, hasta que se suicidaron. JLV

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