martes, 4 de diciembre de 2007

Mientras el niño duerme


Edma vigila el sueño de su hijo. Parece meditar, pero tal vez duerme.

El rostro del niño irradia esa paz de silencio que la infancia nos presta algunos años. Tal vez sueña con montañas de nubes o pájaros de nada. El pequeño duerme dentro de la cuna y las ensoñaciones danzan dentro de la muralla de algodón que al aire corta dulce.

El ambiente es acogedor: trazos de calma y sombras amigables.

Edma tiene la cabeza apoyada sobre su mano izquierda. Su cabello es un panal de raíces negruzcas y de sus pómulos brota una miel azul, eminentemente maternal.

Edma vigila el sueño de su segundo hijo.

Berthe Morisot los inmortalizó en este lienzo. JLV

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