viernes, 21 de diciembre de 2007

Matar al vampiro


Algo nos llamaba. El viento lanzaba maldiciones. Fuimos restos de un naufragio sobre una mar de miedo. La luna cubriéndose de nubes. Flotábamos sobre la lengua de la bestia.
Matar al vampiro.
Nuestros huesos callaban y la voluntad anclaba a cada paso.
Ahuyentar seres demoniacos, la consigna.
Matar al vampiro, como si fuera tan fácil. Una sierpe de cadáveres rumbo a lo desconocido.
Los muertos no matan vampiros, alguien dijo: "El polvo al polvo".
No comprendíamos nada, sólo reptábamos en el vacío. Y Él nos veía, porque las sombras arrastraban su nombre y los gusanos gemían al interior de nuestros cráneos.
Así marchamos, haciéndonos más nada que victoria, hasta que un toro rojo escupió fuego sobre nuestras cabezas. JLV

No hay comentarios: