sábado, 3 de noviembre de 2007

De turistas


Se dejó seducir por las fotografías de playas azules, palmeras borrachas de sol y arenas blancas que le hipnotizaban desde esos folletos promocionales...

No lo pensó más. Decidió invertir el dinero de su jubilación en unas inolvidables vacaciones, quizás las últimas, al paradisiaco, costoso y lejano lugar.

Mientras saboreaba la calurosa bienvenida, un slogan en el aeropuerto le llenó de vigor: "El Turista es vida y salud".

Nunca volvería para contarlo. Entre los hervores del gran perol comprendió que las extranjeras viejas, como ella, eran el ingrediente principal para sazonar el "Caldo Turista", tan apreciado por los isleños. JLV

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