Es usted un verdadero ángel, dijo el leproso. Fue entonces cuando Teresa de Calcuta recapacitó y recordó de dónde procedía. Dijo adiós a la gente, se deshizo de la piel arrugada, extendió sus enormes alas, ascendió a los cielos y se alejó balando rumbo a la casa paterna. JLV
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