viernes, 10 de agosto de 2007

Monjas y novicios


El jardinero hizo el hallazgo. Después corrió con el obispo para contar lo ocurrido. El prelado fue con el cardenal Bertolucci y narró los hechos.

Su eminencia acudió al convento. Horrorizado vio los fetos momificados que yacían en las entrañas de los jardines conventuales.

—Esto es obra del Maligno, dijo. Tendremos que exorcizar este lugar antes de que el demonio siga depositando en tierra santa los cadáveres de estos inocentes.

La madre superiora asintió compungida, luego guiñó un ojo a las monjas, quienes sonrieron para sus adentros, suspirando por la próxima visita de los inquietos novicios. JLV


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