martes, 1 de diciembre de 2009

De brevísimo tour



Mrs. Hathaway acomodó los Ray-Ban sobre su tabique nasal, entrecerró los ojos y sin mirar a los escasos pasajeros que se acomodaron en los grasientos asientos de su Combi, repitió la monserga de siempre.
Inicia nuestro corto paseo. Sus preguntas jamás serán respondidas. Está prohibido llorar y tomar recuerdos.
Comenzamos...
Esa casa de dos plantas que gime perteneció a la Amante Cíclope, con sus puertas fabricadas a pulso por los mancos de Getsemaní.
Aquí podemos apreciar la mecedora de humo y el sofá de saliva en la Casona del Mudo.
Eso que nos duele al aspirar es el olor del llanto que exhala la Pocilga del Parricida.
Juntos, como hienas sedientas de despojos, vemos los bares del Ángel Desplumado, el Súcubo Bueno y el Quiste Ovárico.
No se alarmen; las ancianas desdentadas que los miran de frente y que se tocan sus partes pudendas podrían ser sus progenitoras. Sean gentiles, ellas se dirigen a beber un vaso de leche de hipocampo a la Fuente de Sodas de la Infancia Perdida.
Mrs. Hathaway frenó intempestivamente a las puertas del Hotelucho del Mal Fario. Enseguida escupió un grillo y terminó con la perorata clásica del guía de turistas:
“El tour ha finalizado. Quienes deseen otro recorrido, aborden esa carroza de sangre, el ángel de la muerte les llevará a su destino”. JLV

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre quise hacer un tour turístico en uno de esos autobuses sin techo, y que el guía fuera con un megáfono diciéndo qué hay a cada lado del camino.

Pero en buenos aires hay demasiado ruido, y demasiado humo...

Saludos

JP dijo...

-- que siempre quise tomar un tour por mis interiores quejumbrosos!

Anónimo dijo...

Ay, que negro, negro, parece que estoy en la dimensión del diablo.