viernes, 24 de julio de 2009

Celoso


No la dejaba ni a luz ni a sombra. Aun cuando salía de la ducha su mirada la cubría del polvo. Tanto así la celaba que fue insuficiente tapar el sol con un dedo para impedir el reptar de gusanos dorados sobre la piel amada, tuvo que asir la esfera de fuego y arrojarla al mar para apaciguar el hervor de su alma. JLV

3 comentarios:

JP dijo...

-- eso es pasion y no chamuscadas master vasconcelos!

Anónimo dijo...

Algunas almas no pueden contenerse.

Saludos

JLV dijo...

Master JP:
Saludos; sí, hay pasiones que cruzan los avernos y no se chamuscan.
Gracias por leer.
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Mi querido D:
Terrible; almas incontenibles, y luego pasa cada cosa.
Un abrazo y gracias mil.