sábado, 13 de diciembre de 2008

Los pollimimus


Las abejas y las luciérnagas son amigas pero tienen antenas de diferente color. Las abejas trabajan muy duro y siempre olvidan quitarse el pantalón del pijama. Las luciérnagas laboran en horario nocturno; son como arrocitos con alas y sus baterías se acaban muy rápido.
¡Ah!, olvidé mencionar a los pollimimus. Casi nadie los conoce —sólo Arturo—; cuando él despierta, ellos duermen.
Dice que se cubren del sol con sus orejas y usan la cola para espantar a las mantis. Comen telarañas y coleccionan calcetines de ciempiés. No hablan con abejas porque siempre están ocupadas, como las hormigas. Organizan torneos de luz entre cocuyos y luciérnagas, para ver quién ilumina más la noche.
Tienen los ojos saltones y cinco patas en cada dedo; poseen alas pero no vuelan porque son gordos como pulgones. Saben contar del uno al polen y se asustan con el hipo de las tenusas.
Los pollimimus viven bajo la almohada de Arturo y brincan entre sus sueños hasta que acaban rendidos de felicidad. JLV

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lindos bichos eso, ojalá tuviera algunos en mi alhoada.

SAludos

JLV dijo...

Hola D:
Bien, Le preguntaré al Arturo dònde podès conseguirte uno.
Saludos.