A pesar de la sequía, nuestro país liquidó su deuda de agua con los dueños del mundo. Sedientos y todo vimos hacia el futuro. Pero había un déficit per cápita más.
Mañana el mundo se ahogará en llanto cuando sepa cómo nos obligaron a pagar nuestra deuda de oxígeno. Caiga una marea de lágrimas sobre nuestros deudores. JLV
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