miércoles, 26 de diciembre de 2007

Jacuna Matata


¡Jacuna Matata, atrapemos al ladrón!, gritaron los niños y luego atacaron al viejo. La golpiza duró mucho rato.
Esperaban que se levantara pero no ocurrió. Uno de ellos, el más pequeño, dijo: Creo que lo matamos.
Se hizo el silencio. Enseguida fueron a encender la luz.
Junto a la chimenea yacía Santa Claus con los ojos en blanco y flotando sobre un enorme charco de sangre. JLV

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