Si alguien nos hubiera visto rodar sobre sábanas grises habría aplaudido a rabiar con la mirada, o atraparía el reflejo de la luna en tus nalgas, aun cuando el deseo le mostrara la lengua.
Mi cuerpo entró en tu cuerpo y una tibieza alegre escarbó entre mi abdomen. Tus uñas araron por mi espalda. Yo estaba en tu guarida y el viento te besaba la espalda. Los minutos, verdugos implacables, me pusieron contra la espalda y la pared.
Cerré los ojos, pedí un deseo y mis semillas rodaron cuesta abajo...
Descendiste de mi cuerpo como si abandonaras una piel seca. El instante resbaló entre las sombras y se estrelló en el suelo.
Quise abrazarte. Tus ojos parecían pedir amor, pero sólo querían un cigarrillo. Yo no existía, veías algo detrás del muro y el tiempo se hizo de agua.
Me observabas mientras cubrías tu cuerpo; después los billetes crujieron en tu mano. Tu recuerdo bajó por la escalera; tu risa, en las plantas de ornato. Sentí la angustia de la habitación.
Con tu almohada sobre las rodillas esperé hasta que alguien llamó a la puerta de aquel cuarto, otra pareja cabalgaría entusiasta sobre los restos de mi pasión efímera.
La soledad también usaba tu perfume. JLV
2 comentarios:
wow que nostalgia
Stolzes:
Gracias por leer. Muy amable por dejar el comentario.
Saludos.
Publicar un comentario