martes, 6 de noviembre de 2007

cielos circulares



¿Escuchas a los pájaros?
Gotas de himnos escurren de sus picos

Vuelan en círculos sobre mi sombra


La mujer abrió los ojos, era un amanecer.
Cerró la boca; masticaba silencio. Esa mirada azul
congeló mis huesos. Cerró puertas detrás suyo
y una noche repentina cubrió nuestro día.
Avanzó hacia mí totalmente desnuda
y blanca y fina y dulce y fantasmal.

Ya no quedan huellas
Los cuerpos se doblan
Mis ojos trinan
En el nido de tu saliva

Temí que no podría soportar ese peso hundido
en mis costillas mientras peinaba sus cabellos
a punta de mandíbula y apretaba sus nalgas firmes.
Daba tristeza verme, tan enamorado y frágil
y sentencioso y ávido y llorando.

Soy el hervor de mediodía
Y las nubes me cubren
Con su furia de músculos

Pudo más mi amor que la mirada fría y acerada
de los ojos que se multiplicaban en aquella fila interminable
de hombres que portaban antorchas en las manos
y odio entre sus dientes.

Sigo por la misma acera
Y mis pasos parten el mundo en dos mitades
Un ojo me indica la ruta de regreso

Entonces el pájaro abrió la puerta de la jaula
y me dejó salir, para esparcir mis despojos
en esos ojos azules como cielos redondos.
Y ya no desperté, seguí dormido,
cubierto del silencio mostaza que dejaban esos gusanos
que entraban y salían de mi cráneo agrietado.

Un árbol hace sueños de leña

Los murmullos beben café

Sobre el ataúd de la tarde

Hasta donde recuerdo las cosas ocurrieron así
porque no podían suceder de otra forma.
Pude mencionar que hubo un error
en la secuencia de los acontecimientos
o que algunos de los eventos
pudieron haber estado mal hilados, pero no.
Todo sigue una línea que continúa firme,
sin posibles rupturas.

Los minutos abren puertas
Un alacrán araña la palma de mi mano
El sueño es una losa de sonrisas

Nunca he dudado de los encantamientos.
De hecho nuestra vida, dentro de este universo,
es un mundo mágico, encantado, donde las cosas
que no parecen posibles, para algunos
se manifiestan de golpe y porrazo.

Recuerdo unas escenas

Los balcones huían
Ojos
azules se ahogaban de borrachos
Mujeres mugían

Viejos nacían
Animales hacían juicios orales


¿Los pájaros escuchan?

El hielo entona gotas

Mi sombra vuela círculos


Si las cosas ocurrieron así,
entonces no puedo dudar de que lo presenciado fue cierto. JLV

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