miércoles, 10 de octubre de 2007

Alvar dixit


Leo al sabio gallego. Imagino su piel al óleo; pensativo, mirando hacia el faro. Hurga en la memoria y sonríe, sabe demasiado de marinos. Finisterre, rías, centollas, islas, celtas, dornas y leyendas. Él mismo es una de ellas.

Se recuerda niño, descubre al faro, piensa que es un gigante.

Y en realidad son de esa estirpe, si no de dónde provienen los cíclopes que iban de isla en isla arrojando las colillas de sus cigarros.

Me sacudo del mar o las olas me arrojan a estas playas de asfalto.

Una desazón danza en la punta de mi lengua: la modernidad se encarga de borrar el pasado tan rico de maravillas. Yo también estoy harto de clasificaciones.

Antes pensaba que nada más era un hombre, según las últimas encuestas sólo soy una cifra. JLV



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