sábado, 15 de septiembre de 2007

Una caída




Vi cuando se desplomó, pero no estaba tan cerca de mí como para auxiliarle. La tierra se abrió y un horrible ser brotó de una nube azufrosa. Acercó su horrenda faz a la de ella y depositó en sus labios un beso extraño y prolongado. Se fue como vino, a ella nadie intentó ayudarla, ni yo, ya para qué... si la había besado el diablo. JLV

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