El laureado escritor leía fragmentos de su nueva novela. El público disfrutaba, atrapado con la historia que trataba del plagio realizado por el hijo de un literato prestigiado a una reputada científica.
Todos sabían que la obra hundía sus raíces en la realidad y que el tema central había sido la nota principal de algunos diarios. "Todos somos Caín, por eso sonreímos cuando la sangre fluye", sentenció el autor.
El famoso escribidor estaba gozoso, pero antes de concluir su participación llegó su hijo, con pistola en mano, y disparó en repetidas ocasiones sobre el cuerpo de su progenitor.
Apenas unos minutos después de ocurrida la tragedia, apareció una historiadora que acusaba al descendiente del erudito por haberse apropiado de un cuento corto en el que se detallaba cómo el vástago asesinaba a su ascendiente durante una conferencia. JLV
miércoles, 2 de septiembre de 2009
Todos somos Caín
Lo subió JLV a las 10:44
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
-- mejor los lectores ni opinamos, no vaya a ser que algun escritor de nota roja nos asesine!
Todos plagiamos algunas vez, aunque muchos no lo quieran reconocer.
Saludos
Hola jota pe:
Bueno, los lectores están en un riesgo permanente: ¡ay de ti si cruzas el umbral!
Saludos y mil zenkiuces por la suya presencia.
-----------------
Gran D:
Así es. La historia de la literatura es también la del plagio permanente, según muchos entendidos. La chis pa y su descendencia.
Saludos y gracias por comentar.
Publicar un comentario