
—¿Aún vive papá?, ¿vive?, preguntó el niño. Luego mostró a su padre la masa gelatinosa que escurría de su mano.
—Ya está muerto, hijo, respondió el hombre. Creo que no debiste apretarlo tan fuerte. Los escarabajos son muy proclives a fantasear con eso de que un día dominarán el mundo. En fin...
Anda, a lavar esas manos; sabes que los insectos transmiten muchas enfermedades.
—Sí papi, contestó el pequeño. Pero antes lo enterraré. Gregorio me dijo que cuando muriera quería ser sepultado en el jardín de la tía Milena. JLV
2 comentarios:
Pobre Gregorio...
Nunca me gustó el final de la Metamorfosis, me parece muy soso, no sé por qué
Saludos
Ni yo. Tal vez era el final que merecía o se abrió la posibilidad de recrearlo, de soñarlo, en fin...
Saludos D.
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